Alfabetización informacional en bibliotecas escolares

Comparto un fragmento de la comunicación "Alfabetización informacional en bibliotecas escolares", escrita por Diana Rodríguez y presentada en el III Congreso Online del Observatorio para la Cibersociedad: "Conocimiento Abierto, Sociedad Libre" (Nov./Dic. 2006).


Tuve la suerte de encontrarlo hace poco y me encantó:

"Ya nadie lee en papiro ni escribe en pergamino. Sin embargo, nos aferramos al formato libro como si siempre hubiese sido la única forma de leer. Asociamos, confundimos, libro con información. Comparamos, enfrentamos, pantalla con papel. En un lastimero intento final de aferrarnos al hoy que ya es ayer, olvidamos lo obvio, el hoy que es futuro.

Si, es cierto, han migrado las formas de leer. Pero más allá de soportes y formatos, subyacen vivas algunas características netamente humanas, como son la creación y transmisión de saberes y mensajes. Gesto, música y palabras. Variaron las formas, que no las esencias. Ambas maneras de leer, la tradicional y la digital, requieren del lector las mismas competencias mentales básicas como por ejemplo ubicar las ideas principales, resumir, hacer inferencias y evaluar.

Sin embargo, para poder comprender y disfrutar lo digital, se necesitan cambios y procesos nuevos, otras formas de pensar y de ubicarse ante el texto y la información, un migrar de lo lineal a lo radial, de lo individual a lo global. Y por supuesto, un cúmulo de aprendizajes y habilidades técnicas y operativas en constante desarrollo.

Pero, en compensación, Internet y toda esta nueva cultura digital, ofrece nuevas y diferentes oportunidades para interactuar con nuevos formatos y medios, sin límites geográficos ni horarios; amplía e influye en los contextos socioculturales, brinda infinitas oportunidades de colaborar y compartir información entre continentes, culturas, e idiomas.

La destreza en las nuevas competencias del Internet se convertirá en algo esencial para el futuro alfabetismo de nuestros usuarios. Y nosotros como mediadores entre la palabra, la información y los usuarios, niños, jóvenes o adultos, debemos prepararnos responsablemente para usufructuar y disfrutar estos cambios y posibilidades. Especialmente, disfrutar. Porque lo que no se comprende, no se ama, no se goza, no se transmite.

Pero para que la biblioteca escolar, se incluya, integre y prepare para la Sociedad de la Información y del Conocimiento, debe enseñar al usuario a ser autónomo en sus búsquedas, y en su aprendizaje, en definitiva enseñarle a "aprender a aprender" (seleccionar y jerarquizar contenidos, buscar, adquirir y utilizar los datos). Es decir que para que el usuario logre transferir su aprendizaje a cualquier situación, es importante que el bibliotecario sea no sólo mediador sino que se convierta en formador de usuarios de información (ALFIN, 2006).

(...)

Las bibliotecas escolares se convierten entonces en una herramienta imprescindible para lograr estos objetivos de excelencia. Nuestros productos y servicios tienen que facilitar el libre acceso a las fuentes de información, estimular el aprendizaje activo de todas las áreas y propiciar la igualdad de oportunidades de todos los estudiantes con independencia de su condición social y cultural.

Éstos son ahora nuestros retos. Retos a la creatividad, retos a la comprensión educativa y a la conciencia comunitaria. Retos a la aceptación tecnológica y al cambio… Pero, más que todo ello, retos a nuestra habilidad para proveer servicios a usuarios, estudiantes y maestros con tantas clases de medios como podamos traer a nuestros programas. Nuestra biblioteca debe ser un espacio de crecimiento continuo, de innovación, de interacción e integración. Debe navegar entre la duda y el conocimiento, entre la búsqueda y el hallazgo, entre el trabajo y la recreación."

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