Recientemente la Parent Teacher Association (PTA) publicó una guía llamada El Poder de las Asociaciones, donde describe estudios de caso en los que la participación de los padres en la vida escolar de sus hijos resultó un factor clave en su desarrollo:
"La escuela primaria Eastwood Elementary School de Decatur, Alabama, evaluó sus prácticas de comunicación y descubrió que, entre otras cosas, no había un método uniforme para compartir la información de salón de clase con los padres. Luego de observar lo que varias otras escuelas hicieron para facilitar la comunicación maestro-padre, el equipo de acción seleccionó un planificador académico, aprobado por el director, para convertirse en el método a nivel de toda la escuela para comunicar tareas para la casa, pruebas y otras actividades de salón de clase. Esto convirtió a los padres en verdaderos socios de los maestros en el respaldo del aprendizaje del estudiante."
También los grupos escolares impulsan el éxito del estudiante, como lo demuestra un caso de un "club de tutoría" entre compañeros, que logró fomentar los buenos hábitos de estudio y elevó las notas de la mitad de los estudiantes que participaron.
- Brindar herramientas a las familias
Cuenta quien cuenta, un proyecto uruguayo de alfabetización financiado por la Cepal que tuvo como participantes a 500 familias (con unos 1.600 niños) también se basa en esa premisa y busca fortalecer
"la calidad de la educación a través del involucramiento de las familias en el proceso de alfabetización de sus hijos"
Mabel de Agostini y María Noel Guidali, las docentes que idearon el proyecto, investigaron la razón por la que los niños tenían dificultades para aprender a leer y a escribir descubriendo que en todos los casos faltaba el componente familiar:
"entre los factores que "condicionan el proceso de enseñanza y de aprendizaje de la lectura y de la escritura en el primer año escolar ocupaban un lugar central" la "pérdida del rol de la familia como primer agente alfabetizador y la ausencia de la predisposición lingüística necesaria para un aprendizaje significativo"
Como ellas expresan:
"Nos dimos cuenta que era muy difícil para el niño interpretarla [la lectura] como un valor cultural porque en su hogar no era un hábito"
La Intendencia de Paysandú, departamento donde se llevó a cabo el proyecto, realizó una encuesta que reveló que casi el
80% de las familias afirma leer más después del programa, y el 82% afirma que sus hijos leen más.
- Alfabetización: envíos a domicilio
Otro ejemplo uruguayo es el Programa Maestros Comunitarios a través de su eje de trabajo "Alfabetización en hogares". Éste supone:
"generar a partir de la vida cotidiana, desde lo familiar y lo barrial, instancias en las que el docente, en el contexto familiar, se constituya en un modelo pedagógico que pueda brindar herramientas a las familias para complementar el proceso educativo y que genere en otros escenarios propuestas significativas de aprendizaje a partir de temas emergentes de las propias familias"
Como ejemplo, en los hogares visitados se aprendió a navegar y a buscar información en Internet, basándose en los intereses de cada miembro del hogar, es decir, con un fin práctico que alentara su interés y que lograra:
"abrir esa ventanita al mundo, al mundo de la información, un mundo al cual no se tenía acceso y que dignifica nuestros objetivos y el rol de nuestra institución, ya que nos da la posibilidad de disminuir una brecha educativa que es eje de nuestra meta."
Gracias a este proyecto, la tasa de promoción en 2008 aumentó al 83%, de un total de 17.000 niños participantes.
- ¿Por qué no usar esta ventaja para enseñar Alfin?
Desde nuestro punto de vista como bibliotecólogos, sabemos que no podemos lograr personas alfabetizadas en información sin el apoyo de un equipo multidisciplinario. Pero en este equipo, además de profesores, maestros, informáticos, y otros especialistas, debemos incluir también a los padres, o a las familias.
Es un hecho que los padres son los primeros y principales maestros de un niño, por lo tanto ver que ellos se involucran y le dan importancia a saber manejar la información, es un ejemplo a seguir para el niño. Hay que demostrar a todos los actores involucrados la
"importancia de la participación de la familia y de la comunidad en la experiencia académica de los niños, y el papel fundamental que pueden desempeñar".
Una buena forma de hacerlo es mostrándoles cómo, efectivamente, eso contribuye a la mejora de las habilidades de sus hijos. Ser facilitadores de la adquisición de habilidades, actitudes y herramientas, tanto del niño como de todo su entorno familiar, que permitan la inclusión y el ejercicio de sus derechos como ciudadanos.
Contar con padres que les expliquen cómo efectivamente van a tener que usar esas habilidades en su vida diaria cuando sean adultos, por ejemplo en el ámbito laboral, puede ayudarlos a traer a la práctica competencias que actualmente les parecen innecesarias. Tomando como punto de inicio un interés personal (no una necesidad de búsqueda de información escolar, por ej.), es más fácil ayudarlos a adquirir habilidades de búsqueda y uso de la información y que las interioricen de tal manera que luego puedan transferirlas y adaptarlas para resolver nuevas situaciones que se le presenten en el futuro.
Se ha comprobado en todos estos diversos proyectos que cuando los padres se involucran realmente en la educación de sus hijos, éstos llegan a más, sin importar su condición socio-económica. Compartir esa experiencia con personas de confianza, su familia, hace que vean con mejores ojos el aprender cosas nuevas y que su aprendizaje sea más significativo.
¿Por qué no utilizar esta ventaja a la hora de aprender competencias informacionales?