El pasado 22 de Enero un comunicado de la oficina del Primer Ministro inglés rechazó la petición de más de 5700 personas, entre ellos muchos bibliotecólogos, de crear una legislación que regule las bibliotecas escolares.
La petición reclamaba que se legisle las bibliotecas escolares con el fin de asegurarse de que estén a cargo de personal debidamente calificado, y que se creen las leyes correspondientes en colaboración con las asociaciones profesionales del área.
La respuesta del gobierno deja mucho que desear.
"Las bibliotecas escolares son un recurso clave para alumnos y profesores. Apoyan al plan nacional de estudios, proporcionando libros y equipos TIC, y son un recurso valioso para los profesores y una fuente de disfrute y aprendizaje para los niños y los jóvenes. Sin embargo, la existencia de una biblioteca escolar no es un requisito legal, y no hay planes para modificar esto y cambiar la legislación. Es política del Gobierno brindar tanto dinero como sea posible, directamente en los presupuestos de las escuelas, permitiéndole a las mismas orientar los recursos de manera adecuada y tomar sus propias decisiones acerca de la biblioteca escolar y los recursos bibliográficos."(texto original, en inglés)
De más está decir que los bibliotecólogos ingleses están indignados ante esta respuesta que trata a las bibliotecas escolares como si fueran meros depósitos de libros y equipos de computación.
¿Dónde se ve el valor del profesional de la información y de la alfabetización informacional?
Si cada escuela puede decidir si quiere tener una biblioteca o no... entonces depende de que les toque un director que tenga una mentalidad del siglo XXI.
Sin duda la persona que redactó esta respuesta se quedó en el tiempo...
Vamos a ver como sigue este tema porque dudo mucho que los bibliotecólogos ingleses acepten esta negativa como respuesta final.
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